¿Saben? Si tuviera que definirme en una sola palabra, esa sería perfeccionista que, claro está, no es lo mismo que perfecta. Intento que todo sea perfecto, aunque muy en el fondo yo sé que nada es ni puede ser perfecto y que esa precisamente es la gracia de la vida, pero todo lo que hago tiene que verse lo mejor posible. Y todo, mi persona, mi trabajo, lo comparo con lo que son los demás. Y claro tengo el autoestima tan bajo que siempre creo que los de los demás es mejor, lo sea realmente o no o independientemente de si son dos cosas distintas que valen la pena ser observadas y allí estoy yo, frustrada y llena de impotencia porque una vez no soy la mejor. A veces me da bronca ser así. Duele, enoja y angustia porque me doy cuenta de que no soy tan buena como creí que era o directamente no soy buena y de verdad me esfuerzo en hacer las cosas que hago. Es como subir alto en el cielo en un globo y que este se pinche y caer a pique. El golpe duele, y mucho.
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